Campanas

Las campanas de cocina eliminan la grasa en suspensión y los productos procedentes de la combustión como el humo, los olores, el calor y el vapor de agua mediante una combinación de filtrado y la evacuación del aire. En función de la existencia o no de salida de humos en la cocina, funcionan de dos formas distintas. Por extracción al exterior, este tipo de campanas se instalan en cocinas donde existe un ducto de salida de humos. El motor aspira los humos y los olores que se generan al cocinar, éstos pasan por un filtro metálico antigrasas, que los expulsa al exterior a través del conducto. El otro tipo son por recirculación para las cocinas que no tienen salida de humos. En este tipo de campanas, el aire se absorbe y se limpia pasando en primer lugar por un filtro antigrasas y después por un filtro desechable de carbón activo que absorbe la grasa y los olores para devolver el aire limpio a la cocina.

Los filtros antigrasa deben limpiarse aproximadamente una vez al mes. Puedes lavarlos manualmente con agua caliente y detergente suave o en el lavavajillas, siempre siguiendo las indicaciones del fabricante. Los filtros de carbón activo, utilizados en campanas de recirculación, no son lavables y generalmente deben reemplazarse cada 3 a 6 meses, dependiendo del uso.

Las campanas de cocina se clasifican principalmente en: Campanas extractoras: Eliminan el aire viciado, humo y olores expulsándolos al exterior a través de conductos. Campanas de recirculación: Filtran el aire mediante filtros de carbón activo y lo devuelven limpio al ambiente, sin necesidad de conductos externos Campanas retráctiles: Integradas en el mobiliario, se despliegan cuando se necesitan y se ocultan cuando no están en uso, ofreciendo una estética discreta. Campanas empotradas: Se instalan dentro de los muebles de cocina, proporcionando una apariencia uniforme y discreta.